Roban la estatua de cera de Emmanuel Macron del Museo Grévin: "Podría haber acciones legales", pero "creíamos que era necesario correr este riesgo", explica Greenpeace Francia.

El director general de Greenpeace Francia indicó que era necesario "algo espectacular" para volver a poner en el debate público "la cuestión de la posición de Francia respecto a Rusia y Ucrania".

"La estatua será devuelta. Es un préstamo. No pensamos quedárnosla; era para conmemorar la ocasión y retomar el debate público", explica Jean-François Julliard, director general de Greenpeace Francia, quien instigó el robo de la estatua de cera de Emmanuel Macron del Museo Grévin de París el lunes.

"Valió la pena el esfuerzo porque los problemas son esenciales para el futuro ecológico de Francia y de Europa, así que es muy probable que haya procedimientos judiciales, pero estamos acostumbrados a asumir la responsabilidad, a ir a los tribunales para defendernos, para explicar nuestras acciones y por qué nos pareció necesario correr este riesgo y ponernos en conflicto con la ley en relación con la importancia de los problemas que denunciamos", continúa Jean-François Julliard.

«Se necesitaba algo espectacular para volver a poner en el debate público la cuestión de la postura de Francia respecto a Rusia y Ucrania», explica Jean-François Julliard. «El acto simbólico de traer la estatua de Emmanuel Macron a la embajada rusa pretendía denunciar lo que, en nuestra opinión, es el doble discurso de Emmanuel Macron respecto a la situación en Ucrania», continúa. «Por un lado, Emmanuel Macron aparece en los medios como un gran defensor de Ucrania, y por otro lado, está la realidad de los intercambios económicos entre Francia y Rusia, que son una aberración para la paz y un retroceso en cuestiones de transición ecológica», justifica Jean-François Julliard.

«Estos intercambios se están produciendo en sectores problemáticos para la transición energética», asegura el director general de Greenpeace Francia. «Se trata de la importación de gas natural licuado. En 2024, Francia será el principal importador europeo de GNL procedente de Rusia. Por lo tanto, esto es incompatible con la postura francesa de apoyo a Ucrania y constituye una aberración ecológica. Lo mismo ocurre con los fertilizantes químicos, cuyo volumen de importación aumentó un 86 % entre 2021 y 2023, y con el problema del uranio, donde toda la industria nuclear francesa está estrechamente vinculada a Rosatom, la empresa nuclear rusa ».